A) Un individuo generalmente se declara la bancarrota para obtener uno o más de los siguientes beneficios:
(1) tener ciertas deudas completamente eliminados o clasificar cuales deudas se pueden liquidar y cuales deudas todavía tendrá que pagar;
(2) obtener más tiempo para pagar las deudas;
(3) detener las llamadas de los acreedores mientras se arregla el alivio de la deuda;
(4) obtener la ayuda de un fiduciario para perseguir demandas u otros tipos de reclamos del deudor y así el dinero obtenido pueda ser utilizado para pagar los acreedores; o
(5) eliminar ciertos embargos judiciales si esos embargos perjudican una exención.
B) Un negocio se declara la bancarrota para obtener beneficios semejantes, incluyendo la posibilidad de operar el negocio mientras se arregla el alivio de la deuda. Ningún negocio excepto un propietario único tiene derecho a liquidación de la deuda en un caso del capítulo 7.
Existen consecuencias negativas de declararse la bancarrota, y estas podrían superar los beneficios. Por ejemplo, un posible deudor podría necesitar resolver una deuda (como una hipotecaria), pero si la casa no tiene valor líquido, quizás no haya ningún beneficio para el posible deudor declararse en bancarrota. Es muy recomendable que una persona o un negocio que está considerando declarar la bancarrota consulte con un abogado de bancarrota para aprender como una bancarrota podría afectar su situación económica.